martes, 8 de marzo de 2011

LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

1.1                  LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA  



“El subdesarrollo es un impasse histórico, que espontáneamente sólo puede llevar a alguna forma de catástrofe social”. (Celso Furtado)
"No podemos permitir que las ganancias de los especuladores sean privatizadas, mientras sus pérdidas son invariablemente socializadas". (Celso Furtado)
“He vivido en mi país momentos de división, cuando cayó (Getulio) Vargas, dictador y después presidente, fueron muchos años de división. También cuando llegaron los militares fueron muchos años de división.  Venezuela hoy esta dividida”. (Fernando H. Cardoso)
“La responsabilidad más grande de quien lidera un país es evitar que éste se debilite, que haya una división”. (Fernando H. Cardoso)
“Fue una ilusión pensar que un país puede tener un desarrollo autóctono, autónomo, independiente de las grandes fuerzas del mercado mundial” (André Gunder Frank)

La teoría de la dependencia es una argumentación conceptual elaborada entre los años 50 y 70 del siglo XX, por pensadores sociales latinoamericanos (principalmente argentinos, brasileños y chilenos), como respuesta al estancamiento socio-económico latinoamericano.  La Teoría de la Dependencia” utiliza el análisis dual: centro-periferia y las teorías sobre los sistemas-mundo; para sostener, que la economía global posee una desigual y perjudicial estructura para los países no-desarrollados, a quienes se les ha dado un rol periférico de simple producción de materias primas con bajo valor agregado, mientras que, las decisiones fundamentales se adoptan en los países centrales; a quienes se les ha determinado, la producción industrial, de alto valor agregado.  [1]

 

Auge de la teoría de la dependencia


El contexto temporal (crisis capitalista de los años 30) fue determinante para esta tesis, en la cual, el Estado debía tomar un rol protagónico, interviniendo activa y decididamente en la economía.  Fue también, una respuesta latinoamericana propia a esa crisis, que en el mundo desarrollado, se expresó a través del Keynesianismo.  Siendo el argentino Raúl Prebisch (1901-1986), quien con su idea de centro-periferia en los años 40, instalara el debate en la intelectualidad latinoamericana. El lugar de discusión fue la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), localizada en Santiago de Chile, la misma que acogió en aquella época, a los intelectuales más destacados de Latinoamérica, quienes en ese entonces vivían de espaldas a la realidad, culpando del subdesarrollo regional, al saqueo “imperialista” de nuestros recursos, por parte de las grandes potencias colonialistas mercantilistas de la época: España y Portugal. 

 
Foto: Raúl Prebisch (www.lanacion.com.ar)

Fernando Henrique Cardoso, Theodino Dos Santos, André Gunder Frank, Celso Furtado (1920-2004), Ruy Mauro Marini, Enzo Faletto (Chile, 1935-2003), entre otros, le facilitaron un dinamismo penetrante a la teoría de la dependencia, marcando claramente la estrategia estatal (Industrialización por sustitución de importaciones o ISI) de los países más industrializados del sub-continente (Argentina, México, Brasil y Chile).  Estas naciones, cerraron sus mercados (estimularon el mercado interno e impusieron altas tasas a las importaciones) y promovieron la construcción de una burocracia, que pudiera interactuar con las élites locales, mientras que paralelamente se favorecía la cimentación de una clase media de peso, que pudiese fomentar la actividad del mercado interno.

Fernando Henrique Cardoso, uno de los intelectuales más importantes de la CEPAL de los años 60, es hoy por hoy, un socialdemócrata pragmático, seguidor del liberalismo económico socialmente responsable; artífice e ideólogo principal del éxito económico actual del Brasil, continuado por Lula y seguramente también por Dilma Rousseff.
La ideología de esta teoría socioeconómica, la encontramos en las tesis marxistas, armonizadas con los planteamientos de Max Weber, cuyos postulados, influyeron significativamente en la estructura del "pensamiento cepalino".  Según Weber,  el mundo protestante es más exitoso económicamente que el entorno católico gracias al influjo de la religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo, honradez, ahorro y un apego permitido a lo material, algo que el catolicismo solo supo predicar los domingos pero no controlar ni inculcar en la cotidianidad de su pueblo.[2]
Foto: Max Weber (http://www.encyclopedia.com)
Posteriormente, a fines de los 60 un nuevo impulso redefine las primeras ideas sobre la dependencia, culpándoles ahora a las mismas élites latinoamericanas, por el atraso de éstos países.  Habría entonces, un factor interno y otro externo que explicaría la situación del subdesarrollo latinoamericano.  La solución nuevamente se la quiso ver en el énfasis del rol del Estado en la economía.  Estado que, debía tomar el control total de las políticas nacionales; entre éstas el control del dinamismo estacionario del capital, a más de la creación de empresas estratégicas con dirección y capital estatal, acompañadas de regulaciones bancarias. Esto último, a través del tiempo, ocasionó hiperinflaciones en países como Argentina, Brasil, Perú y Bolivia, que degeneraron, en la mayoría de los casos, en desorden civil y golpes de Estado. 
La teoría de la dependencia trata de encontrar culpables a los problemas del subdesarrollo.  Por una parte, serían entonces los países colonialistas e imperialistas los principales responsables de nuestro atraso; y luego, las élites locales denominadas peyorativamente como burguesías u oligarquías locales.  ¡Qué a lo mejor sí lo sean!, pero ¿qué ganamos con ello?, ¿no sería mejor dedicarnos a encontrar soluciones? 
Además, es cuestión de revisar la historia económica, siempre que el Estado interviene por muchos años en la economía de un país determinado, invariablemente se producen crisis inflacionarias.  Basta sólo con leer, pero con mente abierta, con pragmatismo, con objetividad, sin apasionamientos ideológicos, ni ideas preconcebidas.  Allí está la clave para comprender Economía, porque cuando se violan sus leyes y principios científicos, tarde o temprano se termina pagando la cuenta y los que lo pagan, son precisamente los más pobres, a quienes paradójicamente, dicen representar y defender.

Modelo de Prebisch


Fruto de las investigaciones de la CEPAL, surgieron las bases de la teoría de la dependencia,  en 1950.  Siendo uno de sus principales autores: el economista argentino, Raúl Prebisch. El punto principal del modelo Prebischiano, es que para crear condiciones de desarrollo dentro de un país se requiere:

a.                    Controlar la tasa de cambio monetaria, enfatizando las políticas fiscales, por sobre, las políticas monetarias (Intervención del gobierno en el mercado cambiario);
b.                    Promover un rol gubernamental más eficiente, en términos de desarrollo nacional (Fortalecer el papel del Estado en la economía);
c.                    Crear una plataforma de inversiones, priorizando al capital nacional (Énfasis en la inversión, especialmente nacional, la autodenominada: “soberanía”))
d.                    Permitir la entrada de capitales extranjeros, siguiendo prioridades ya establecidas, en planes de desarrollo nacional (Facilitar la entrada al capital foráneo, en concordancia con planes de desarrollo previamente establecidos);
e.                    Promover una demanda interna más efectiva, en términos de mercado doméstico, como base para consolidar el esfuerzo de industrialización en Latinoamérica (particularmente) y de las naciones en desarrollo (en general). (Impulsar la demanda interna)
f.                      Generar una mayor demanda interna, incrementando los sueldos y salarios de los trabajadores (Aumentar remuneraciones);
g.                    Desarrollar un sistema de seguro social más eficiente por parte del gobierno, especialmente para los pobres, a fin de generar condiciones, para que estos sectores puedan llegar a ser más competitivos (Énfasis en la seguridad social para los sectores más vulnerables); y
h.                    Expandir estrategias nacionales que sean coherentes con el modelo de sustitución de importaciones, protegiendo la producción nacional al imponer cuotas y tarifas a los mercados externos. (Proteccionismo mercantilista).
NOTA: Cualquier parecido con el modelo actual del Ecuador y con el Código de la Producción, es pura coincidencia.

Para los seguidores de la teoría de la dependencia, las principales hipótesis relativas al desarrollo de los países periféricos son:

1.       El desarrollo de los países tercermundistas, necesita tener un grado de subordinación con respecto al centro; lo que contrasta con los países industrializados,  cuyo desarrollo responde más bien a un proceso histórico,  que hoy en día es independiente. En Latinoamérica podemos observar ejemplos de esta situación, especialmente en aquellos países con un alto grado de industrialización, como Brasil, el cual es utilizado por Andre G. Frank (como caso de estudio).

 
Foto: Andre Gunder Frank (http://www.autosuficiencia.com.ar)

2.       Las naciones periféricas experimentan un mayor nivel de desarrollo económico cuando sus enlaces con el centro están más débiles. Un ejemplo de esto es el proceso de industrialización que se vivió en Latinoamérica durante los años 30 y 40 (del siglo XX), cuando las naciones del centro estaban concentradas en resolver los problemas de la Gran Depresión y las potencias occidentales estaban involucradas en la Segunda Guerra Mundial.
3.       Cuando los países del centro se recuperan de sus crisis y reestablecen sus vínculos comerciales y financieros, incorporan de nuevo al sistema a los países periféricos.  Por tanto, el crecimiento y la industrialización de estos últimos, tiende a verse subordinado. Frank indica, que cuando los países industrializados se recuperan de guerras u otras crisis que han desviado su atención de la periferia; la balanza de pagos, inflación y estabilidad política de las naciones del Tercer Mundo, se han visto afectadas negativamente.
4.       Las naciones más subdesarrolladas que todavía operan con sistemas tradicionales feudales, son las que tuvieron relaciones más cercanas con el centro.

Cuando hay crisis en los países capitalistas, los precios de las materias primas se recuperan, debido a la escasez relativa de las mismas, en las naciones desarrolladas.  Por tanto, la explicación económica al fenómeno analizado por A. G. Frank, es simple y es la siguiente: menor oferta de materias primas, hace que los precios de las mismas suban en el mercado internacional.  Así que, no es por una confabulación planetaria que los países subdesarrollados no consiguen progresar. 
Al contrario, a todo el mundo le interesa que haya más países prósperos, productivos y competitivos a escala global, porque eso significa una mayor demanda internacional, así como la posibilidad de contar con más y mejores mercados, denominados ampliados.  La prueba de ello está en las declaraciones elogiosas de líderes norteamericanos como Hillary Clinton, por ejemplo, a los recientes esfuerzos desarrollistas de países otrora atrasados como Chile, Brasil, Perú, Uruguay y Colombia en la región.  ¡A nadie le conviene que sigamos siendo países subdesarrollados!, porque eso significaría la imposibilidad práctica de los países primermundistas de expandir sus oportunidades de negocio y de conseguir mayores economías de escala, esto es, el abaratamiento de sus costos de producción (costos unitarios a largo plazo), por el incremento productivo y su necesaria expansión internacional, abriendo nuevos y mejores mercados.   
Fuentes: es.wikipedia.org; www.monografias.com; mx.geocities.com.
Después de que lea esto ¿seguirá culpando a los países industrializados centrales por el atraso de los países en desarrollo periféricos? Y aunque lo fueran, ¿Qué ganamos con eso?, como dice Lula Da Silva: “Estoy cansado de que los presidentes latinoamericanos sigan echándole todas las culpas de las desgracias del Tercer Mundo al imperialismo.  Eso es una bobería”  miremos los modelos exitosos y tratemos de adaptarlos a nuestra realidad, porque no hay conspiración internacional alguna, que nos impida salir del subdesarrollo.  La verdadera traba para el desarrollo, es mental e ideológica.  

 

Críticas a la teoría de la dependencia


Las principales críticas de la teoría de la dependencia, se han basado en el hecho, de que esta doctrina del desarrollo periférico, no provee evidencia empírica exhaustiva para justificar sus conclusiones.  De otro lado, este enfoque utiliza un alto nivel de abstracción en su análisis.  Otra crítica es que el análisis de la dependencia considera perjudiciales los vínculos de estos países con las corporaciones transnacionales, mientras que en verdad estas relaciones, pueden ser utilizadas como medio de transferencia tecnológica. 

Así por ejemplo, EEUU, fue una colonia inglesa, sin embargo, tuvo la capacidad de romper el círculo vicioso del subdesarrollo, merced a la visión empresarial de sus líderes, quienes no se estuvieron lamentando su condición de subordinación al imperio, sino que más bien aprovecharon la vasta experiencia y la tecnología industrial británica, para cimentar su propio desarrollo.

¿Por qué fracasó el modelo de sustitución de importaciones en América Latina?

·         Para el modelo de sustitución de importaciones, el desarrollo económico estaba basado principalmente en el mercado interno.  Este proceso, requirió la creación de plantas de mayores dimensiones, especialmente en el campo de productos intermedios y de bienes de consumo duradero. La producción interna de bienes de capital, exigía cuantiosas inversiones, respecto a la magnitud del mercado interno, y para las cuales, los países latinoamericanos, no estuvieron debidamente preparados.
·         La estrategia industrializadora, pretendía en una primera etapa impulsar la producción de bienes de consumo, para después avanzar con la de bienes intermedios y finalmente completar el ciclo con la producción interna de capital. El aislamiento del mercado interno alentó la producción nacional de manufacturas, pero también creó un sector industrial poco eficiente, incapaz de sobrevivir sin el tejido de protección. La falta de competitividad industrial les hacía depender de la protección y de las divisas generadas en otros sectores. La política económica privilegió al sector industrial brindándole apoyo de todo tipo. La inversión pública se orientó a la infraestructura. La industrialización generó un déficit comercial creciente y una estructura industrial altamente dependiente de la protección. La deuda externa en Latinoamérica, hizo imposible la industrialización. Se promovió después, la apertura económica y la modernización del aparato productivo. Al descobijarse la estructura de protección que los había abrigado, los productores nacionales debieron enfrentarse a la competencia directa del mercado internacional, con las consecuentes crisis de producción, precios  y empleo a nivel continental.  

Walter Spurrier, en un análisis respecto a la Teoría de la Dependencia, efectuado para Diario El Comercio de Quito, con fecha 8 de septiembre de 2009,  señala: “Lo peligroso de la política industrial es que el Estado está tentado de escoger ganadores. Terminan subsidiándose industrias que no tenían perspectivas reales. En los setenta se montaron fábricas de relojes, entre otras, que fracasaron. Por muchos años el parque industrial de Cuenca fue un cementerio de elefantes blancos”.  
(Fuente: www.elcomercio.com)
Foto: Walter Spurrier  (www.hoy.com.ec)

Mendoza, Montaner y Vargas Llosa al referirse a la teoría de la dependencia, señalan lo siguiente: “Al buscar explicar porqué no se había cumplido la predicción de Marx sobre el colapso del capitalismo, Lenin edificó la más grande mentira del siglo XX: somos pobres por que los países ricos nos explotan.  El desarrollo de las metrópolis tendría como condición el atraso y la pobreza de los países dependientes.  Así, pues, podemos estar tranquilos: la culpa no es nuestra”.[3]

Debido a la teoría de la dependencia y al libro escrito por Eduardo Galeano: “Las venas abiertas de América Latina”, donde el escritor uruguayo transfiere toda la culpa del subdesarrollo latinoamericano a la colonización española y portuguesa de nuestro continente, acusando a los conquistadores haber saqueado el continente americano llevándose nuestro oro, nuestra plata y nuestros minerales, existe una visión extremadamente miope en la virulenta izquierda continental.  Así pues, Galeano afirma que ahora el proceso de expropiación de nuestra riqueza continúa, a través de la maléfica situación a la que “nos ha confinado el comercio internacional” (visión determinista, es decir, nos ha impuesto el “imperialismo”), esto es, a la producción y exportación de materias primas de poco o nulo valor agregado, en tanto que debemos importar bienes con mayor valor añadido, desde las metrópolis. 

Foto: Eduardo Galeano, autor del libro: “las venas abiertas de América Latina (www.radio36.com.uy)

Galeano señala en su libro, “Las venas abiertas de América Latina”, lo siguiente: “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder.  Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta.  Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones.  Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata.  Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el Progreso, «hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización... » Cuanta más libertad se otorga a los negocios, más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios…” 

FUENTE: http://usuarios.lycos.es/politicasnet/galeano.htm

Si creemos en este discurso derrotista y tercermundista de Galeano, jamás saldremos adelante ¡Qué habría sido de Chile, o de los tigres asiáticos si le hubieran hecho caso a  este mensaje!, porque ellos también antes, eran países subdesarrollados;  a los que nadie les “impuso” la producción de tal o cual bien, servicio o mercancía; simplemente estas naciones, decidieron abrirse al comercio internacional, basados en sus ventajas comparativas y les ha ido bastante bien. 
Determinados políticos y gente común, ven con muchísimo recelo a las empresas transnacionales, a quienes las acusan de ser un instrumento de dominación de la metrópoli, que vienen a saquear nuestros recursos y a expropiarnos de nuestra legítima riqueza. “¡Somos soberanos y por tanto nada de capital extranjero!”, dicen los más radicales y fanatizados apologistas del socialismo y del Estado proteccionista.  Sin embargo, ninguno de los países hoy desarrollados ha renegado del capital foráneo, al contrario más bien lo que han hecho es atraerlo, mediante reglas claras del juego y una macroeconomía sana y equilibrada.  La inversión, sea nacional o extranjera, aumenta la producción nacional, genera plazas de empleo e incluso aumenta las recaudaciones tributarias para el fisco, vía impuestos, tasas y demás contribuciones; a más de la transferencia tecnológica y el “know how” administrativo y de procedimientos, que la implantación de una multinacional trae aparejada. 
¡No seamos ideológicos, seamos pragmáticos!, solo así saldremos del subdesarrollo y de la pobreza.  Sigamos el ejemplo de otros países que ya han conseguido su “visa al desarrollo”.  No copiemos los malos ejemplos del socialismo cubano, porque eso sólo empeorara las condiciones de vida de los más pobres.  Adicionalmente, intentar sustituir las importaciones a la ligera, en base a criterios políticos y no técnicos, lo único que conseguirá será aislarnos más del concierto internacional.  Tenemos un mercado reducido domésticamente, más bien lo que debemos hacer es importar tecnología, como lo hicieron los países asiáticos, debemos además mejorar la educación del país, declarándole la guerra a muerte a la mediocridad y a la politización de los centros de educación nacionales, renovando los programas de estudio, con materias de actualidad, reforzando el conocimiento de inglés, el aprendizaje de la computación, priorizando la formación técnica antes que la meramente sociológica. 
En un artículo escrito por Vicente Albornoz, para Diario El Comercio de Quito (22 de agosto del 2010), este economista realiza una crítica a la teoría denominada: “deterioro de los términos de intercambio”, diciéndonos que en los años 50 y 60 del siglo XX, los bienes primarios, esto es, los que no son elaborados y que son producto del factor productivo tierra o recursos naturales, perdían valor en relación con los bienes industrializados, dada la abundancia de tierra cultivable, minerales y petróleo, pero que hoy en día no necesariamente es así.  Al contrario, actualmente hay un repunte en el precio de las materias primas y en los productos que son propios de la naturaleza, debido precisamente a la escasez.  Teoría que fue demostrada inicialmente por Carl Menger, el economista fundador de la escuela austríaca y de la teoría marginalista o neoclásica, quien dice básicamente, que el valor de los bienes económicos deriva precisamente de su escasez.  En tal sentido si hoy por hoy hay escasez de materias primas a nivel mundial, es lógico que éstas hayan subido de precio, con lo cual nos favorecemos los productores y exportadores de este tipo de bienes.
Albornoz dice: “Los bienes primarios tienen mala fama (…) Tan mala que hasta se han creado escuelas de pensamiento económico que dicen que no se debería producir bienes primarios sino que se debería dirigir las energías económicas de un país hacia la industrialización.  Los bienes primarios son aquellos que no han sido elaborados, aquellos que vienen directamente de la agricultura, ganadería o minería (…) La mala fama de los productos primarios es porque, según dice la leyenda, cada vez valen menos que los productos industrializados (…) La teoría, la que les dio esa mala fama a los productos primarios, es la del deterioro de los términos de intercambio. (…) Resulta que ahora, ante la relativa escasez de alimentos, minerales y petróleo, los precios de esos bienes (primarios) han subido muchísimo más que las cosas que producen las industrias asiáticas. Y esos asiáticos demandan cada vez más alimentos y más combustibles, mientras que sus industrias producen cada vez con menos costos.  Y la teoría del deterioro de los términos de intercambio, resultó que, para el orgullo de los bienes primarios, estaba equivocada (…)”
(Fuente: www.elcomercio.com)


[1] ¿Se les ha determinado? ¿Quién lo ha impuesto?, si fuera así entonces, ¿Por qué se han desarrollado últimamente países que antes eran subdesarrollados?
[2] http://www.hipernova.cl
[3] Mendoza, Montaner y Vargas Llosa.  Op. Cit. Página 24

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